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martes, 27 de abril de 2010

LAS CARTUJAS.... UN DÉFICIT DE RIGOR

Memoria y Arte del Espíritu Cartujano. Las cartujas valencianas.
Museu de Belles Arts de València. C/ San Pius V, 9, Valencia. Hasta el 23-5
Por A.C.

Si los comisarios de la exposición Las Cartujas Valencianas pretendían instruir al público en general y al valenciano en particular sobre la riqueza espiritual, cultural e histórica que representó esta orden en nuestras tierras, hemos de concluir tras una visita al Museo de BB AA de Valencia donde se expone, que no lo han conseguido. Si por el contrario, la tarea consistía en dejar constancia, únicamente, de que a partir del siglo XIII y sobre todo en el XV, una serie de cenobios de esta orden, siguiendo el modelo francés de Chartres, se fueron desarrollando en nuestra comunidad y que sea el público el que libremente decida si vale la pena una excursión por la geografía valenciana en busca de esos santuarios, entonces han estado más acertados.

Una ocasión única para aproximarse a un tema que, hasta el momento, no se había expuesto y una oportunidad para descubrir a través de la obra pictórica, principalmente, quién fundó la orden, qué era —y es— ser cartujo, cómo y dónde vivían, qué artistas donaron sus obras, quiénes fueron sus padres espirituales, cómo llegaron posteriormente esas obras a manos de particulares y/o Museos.No busquen demasiado porque prácticamente casi ninguna de estas cuestiones va a ser contestada en la exposición.

Sí se nos habla de las tres cartujas principales, Portaceli, Valldecrist, y Aracristi, y su fundador, San Bruno, queda ampliamente retratado. Asimismo, se pueden contemplar obras relevantes, procedentes en su mayor parte de la Cartuja de Valldecrist y un despliegue de magníficas fotografías de José Manuel Guerrero ilustran a la perfección y de forma bellísima el silencio que rodeaba esos muros, la austeridad con la que los monjes vivían su fe, la sencillez con la que afrontaban su día a día. Nada que ver con el barroquismo del montaje, tal concentración de obras que impide a la retina poder contemplar sin interferencias visuales obras como, por poner un ejemplo, la delicada Virgen de la O de Sariñena —¡hasta seis fotografías ilustrando unos medallones la rodean!—, la sobresaturación de backlights, esas fotografías retroiluminadas que unas cuantas gustan, un exceso agotan. Un montaje que se plantea en total contradicción con lo que, creíamos, era el espíritu cartujano de soledad y oración.

Tampoco se detengan a leer las parcas fichas que acompañan las obras porque en la mayoría de ellas se ha omitido las fechas, su procedencia, así como la autoría de las obras, dando a entender, suponemos, que son anónimas. Lo que lleva al escasamente informado espectador a tener que adquirir el catálogo de la exposición. Y hete aquí que las obras no van acompañadas de las pertinentes fichas catalográficas, bibliografía, exposiciones en las que han participado y, sobre todo y más importante, la labor investigadora y de actualización que cada una de las piezas ha conocido para poder formar parte de una exposición de este calibre. Y así nos encontramos con pies de foto en los que se nos indica que la obra que contemplamos es un San Bruno, aunque lleve mitra. ¿Pero no había renunciado a ella? ¿Se trata, pues, de una nueva línea de investigación reveladora de que finalmente el santo decidió aceptarla? Se menciona a San Pablo ¡Arcángel! ¿Desde cuándo San Pedro o San Pablo fueron arcángeles? Y también aparece una nueva OPA, la Cartuja de Convento de Servitas.

Afortunadamente, el catálogo de obras viene precedido por las firmas de historiadores de la talla de García Mahiques, Gómez Lozano, Vidal Prades, Ferrer oMiguel Ángel Catalá, entre otros, cuyos interesantes artículos permiten, afortunadamente, ilustrarnos, reeducarnos y convencernos de la importancia que tuvo esta orden.
Fuente: Posdata 706 25/04/2010 Levante EMV
Foto: El Silencio, de Jose Manuel Guerrero

NO COMPARTO la opinión -o mejor dicho la crítica- de este periodista anónimo. Si publico esta crítica en mi blog es para que la gente pueda comparar esta con la otra publicada también en este medio y que tras visitar la exposición se den cuenta de cual se ajusta más a la verdad.

A título personal, y como para gustos los colores, puede que haya algún aspecto que no me terminase de agradar o de entender, que tal vez encontrase algún fallo, que echara algo en falta, pero YO DISFRUTÉ DE LA EXPOSICIÓN, ME QUEDÉ ASOMBRADO CON ALGUNOS DE SUS CUADROS -no pensé que algunos los iba a ver frente a mi alguna vez-, Y DESDE LUEGO SE LA RECOMIENDO A TODO AQUEL QUE ME PREGUNTA O TIENE ALGUNA VINCULACIÓN CON LAS CARTUJAS, pues como dice un buen amigo, "detrás de esa critica hay un ataque a la misma idea de la exposición, que no es otra que la de rescatar del olvido el arte cartujano".

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