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lunes, 3 de marzo de 2014

LA CALDERONA, EN EL TEATRO

El Teatro Calderón (Valladolid) acoge el estreno absoluto de 'La puta enamorada', un texto de Chema Cardeña que nos transporta al Siglo de Oro para narrarnos las intrigas de un triángulo amoroso del que participa María Calderón, la legendaria actriz y amante real que dio nombre a la Sierra Calderona

En el siglo XVII el teatro español ya tenía sus star-system particulares: La Tirana o María Ladvenant y Quirante fueron algunas de las más reputadas actrices del periodo áureo del teatro español. Pero entre los miles de cómicos que se subieron a las tablas de los Corrales de Comedias o entre los pocos selectos que pisaron los Teatros del Palacio de la Zarzuela o del Casón de Buen Retiro, una de las principales estrellas fue la actriz María Calderón, «La Calderona». Actuaba en el Corral de la Cruz y allí, dice la leyenda, la conoció el Rey Felipe IV, que la convirtió en su amante.


Su nombre sí ha traspasado el espeso silencio que se cierne sobre los actores, gracias a su notoriedad a las dotes interpretativas por las que alcanzó una notable popularidad entre pueblo y cortesanos; pero sobre todo por el ser la amante de Felipe IV, que la conoció según la leyenda en el Corral de la Cruz, y por el retrato que le hizo el pintor de Corte, Diego Velázquez. De las relaciones con el monarca nació un hijo, Juan José de Austria, el único de los bastardos reales legitimado por su padre, el rey.
 
En esta actriz se inspiró el dramaturgo valenciano Chema Cardeña para escribir la comedia «La puta enamorada», Premio Max Aub al mejor texto en los Premis de les Arts Esceniques de la Generalitat Valenciana 1999, que se estrenó ese mismo año interpretada por el propio autor. El texto de Cardeña habla del amor, la vida social, las reglas del arte y sus limitaciones… Además de hacer un repaso por la obra de Velázquez, cuestiona la libertad del ser humano y de la creación artística.

El productor Salvador Collado y el director Jesús Castejón llevaban un tiempo con la idea de ponerla nuevamente en pie, y finalmente lo han conseguido gracias al teatro Calderón de Valladolid, donde con Eva Marciel, Javier Collado y Federico Aguado conformando el reparto, se estrenó el pasado viernes 28 de febrero.

Como una obra clásica


Situada en el Madrid de los Austrias, en un ambiente de oropel, que cubría la miseria de una España que comenzaba a resquebrajarse, se localiza esta pieza, donde el autor toma la antorcha con la llama prendida por «La Calderona», para hablar de libertad en un «mundo pensado y hecho por los hombres, donde ellas sólo son una triste mercancía. Estamos en la época de la Inquisición y Torquemada, y están muy presentes en la obra la hoguera, las consecuencias...

Retrato de la Calderona y otra actriz.
La cómica dice sobre el escenario lo que todas pensaban y ninguna se atrevía a manifestar en público, porque en la España del XVII todos «venden y compran lo que tienen y callan lo que en verdad sienten». Junto a «La Calderona» comparten protagonismo Diego Velázquez, cuyo cargo de pintor de Corte también le obligaba en cierto modo a prostituirse y condicionar la creatividad artística a los dictados de los reyes, y el bufón Lucio. Éste es un personaje sustentado en los sucesivos graciosos de las comedias, imprescindible figura en el teatro del Siglo de Oro. Como ocurre en el teatro áureo al bufón le corresponde expresar en voz alta los pensamientos que nadie se atreve a decir y, en contrapartida, a protagonizar acciones no queridas, pero obligadas por la escasez de recursos y obediencia a sus amos.

La obra arranca cuando La Calderona (Eva Marciel) se presenta ante el pintor Diego Velázquez (Federico Aguado), a quien Felipe IV ha encargado un retrato de su amante. Al artista no le hace mucha gracia, pero, como es el pintor de la corte, accede por supuesto a hacerlo. Cuando se encuentran Velázquez y La Calderona, hay un choque entre ambos, y al mismo tiempo una atracción, que termina por convertirse en enamoramiento. A este duo se añade  un tercer personaje, Lucio (Javier Collado), el criado de la actriz, que está enamorado desde siempre de ella. Así se produce un trío amoroso muy complicado. También el de Velázquez y La Calderona es un amor imposible, porque ella es la amante del Rey

Con estos tres personajes, La puta enamorada, estructurada en tres jornadas como las obras clásicas, habla en un contexto histórico de la ambición, del fingimiento, de la necesaria supervivencia, de la traición, de un mundo de mentira, donde no cabe ni la verdad ni la coherencia personal o artística.

El director de escena ha concebido la escenificación a partir del cuadro de Velázquez  La Venus del espejo, con el telón rojo de fondo abierto, dos niveles para situar a los personajes en distintas perspectivas, y una iluminación tenebrista, pero que permite ver el rostro de los actores. 

El espacio sonoro que apoya situaciones y concreta las transiciones, ha sido realizado por Luis Delgado. El estreno absoluto se llevó a cabo en el Teatro Calderón de Valladolid, que coproduce este espectáculo, el pasado viernes 28 de febrero. Con anterioridad, en el pasado otoño, el Calderón realizó junto al director un casting para escoger a «La Calderona».

Un final de leyenda

Si intensa fue la vida de María la Calderona, la leyenda sobre su final también se ha encargado de inmortalizar y convertir en mito a este personaje, dando nombre a la Sierra Calderona, entre Valencia y Castellón.
Vista desde el portitxol en Portaceli (Foto: Francisco Muria)

Cuentan que María la Calderona fue obligada por el Conde-Duque de Olivares a recluirse en un convento. Supone la historia que la joven tomó los hábitos, pues sus trenzas fueron entregadas al Rey como prueba de ello. Pero la leyenda asegura que María, muy probablemente, huyó del cenobio, abandonó Madrid y logró llegar hasta las inmediaciones del convento de Santo Espíritu, muy cerca de Gilet.

Aseguran que la joven se instaló en el collado que separa las peñas de Guaita y Espartal, hoy llamado Calderona, lugar donde discurría el camino de herradura que unía la ciudad de Valencia y el camino real de Aragón. Su orografía hizo de la Sierra un auténtico nido de salteadores de caminos. Y se dice que María la Calderona encontró refugio entre aquella gente de mal vivir, y que habitó una casa cuyas ruinas son visibles todavía hoy, muy cerca de la "fuente del Ullalets".

Fuentes: Blog Artetorreherberos.blospot.com -  Diario ABC - www.upv.es

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