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martes, 3 de septiembre de 2013

LAS FIESTAS DE LOS PUEBLOS

En pleno ecuador de nuestra comarca en fiestas, algo de humor para animar todavía más nuestras ganas de fiesta 

Las fiestas de los pueblos, las grandes olvidadas en los reportajes de viajes, son un agujero negro festivo en el que se despeñan las mejores intenciones veraniegas.

La dieta que costó lágrimas como pelotas de golf, ahogada en panceta. Las bebidas premium que tanto caché dan en el chiringuito de la playa, anegadas a calimochazos. El estilismo de estampados vaporosos se cambia (o no) por un mono de taller y un pañuelo de color que para el día del patrón ya anda solo. Eso sí, debajo del pañuelo y de la camiseta hortera de peña acuérdate de ponerte el traje de neopreno, pues corres el riesgo de que te tiren "al pilón" o la fuente del pueblo, o te bañen con los más variados líquidos...

Ay!, las verbenas. El mejor punto para ver cómo van las fiestas... Un indicativo infalible de que la fiesta está saliendo bien es que haya más gente encima del escenario que debajo. Si cualquier persona del público duplica la edad de todos los componentes de la orquesta quiere decir que hay poco presupuesto y mucha emigración. Si las edades de todos los que están bailando no alcanzan a la del que canta ni sumadas, indica recortes, mala cosecha y pasodobles en bucle... 

Por no hablar de las comidas. La comida típica de las fiestas de los pueblos es un pegote de grasa al que le ponen cosas alrededor como pan y cualquier parte del cerdo. La paella gratis para entrar en el libro Guiness de los récords, ésa que se llevan los jubilados en bolsas del mercadona, tiene sólo dos puntos posibles: puré y munición para cerbatanas.

Pero toda buena comilona debe ir bien acompañada. La bebida oficial de las fiestas suele ser una botella de Coca Cola de dos litros llena hasta los topes de más ron que cualquier otro líquido. Porque las fiestas de los pueblos tienen esa cosa buena: siguen siendo zona libre de gintonics.

Pero algo fundamental para que unas fiestas tengan éxito, son los encierros. En ellos, si no conoces bien el ambiente, cabe ponerse al lado del señor de la boina que se ha metido en el recorrido de encierro para cruzar al otro lado; o si se conoce bien el terreno, echad todos a correr a la vez y gritad histéricamente señalando a un cercano toro imaginario. Los de la Cruz Roja os agradecerán mucho el tener un paciente coronario que añadir a los monótonos comas etílicos y las aburridas heridas por asta de todos los años. 

En fin, que contaré aquí que no sepais... El que también sabe mucho de las fiestas de los pueblos es el humorista Leo Harlem, que dedicó uno de sus monólogos a estas fechas tan esperadas en los municipios de nuestra comarca. ¿Lo escribiría tras su paso por esta zona?

 

Y si no terminais de compartir la opinión de este genio del humor, no me negareis que los componentes del desaparecido grupo aragonés Ixo Rai! no acertaron de pleno con su canción 15 de agosto. Escuchadla bien, no tiene desperdicio...


En fin, seguid disfrutando de las fiestas, que aun tenemos un mes y pico por delante con las de municipios como Altura, Caudiel, Gaibiel, Jérica, Navajas, Segorbe o Viver, por citar algunos...

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