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domingo, 23 de junio de 2013

LOS RECORTES TAMBIÉN SE CEBAN CON LA RECUPERACIÓN DEL PATRIMONIO

La falta de inversiones en restauración y rehabilitación agrava el abandono y el deterioro de monumentos y edificios muy relevantes 
 
El recorte en inversiones públicas destinadas a la rehabilitación y restauración pone en peligro gran parte de los tesoros del patrimonio histórico-artístico de la Comunitat Valenciana. El deterioro y abandono de edificios, conventos, alquerías, castillos y palacetes ha sido especialmente grave en los últimos años en una lamentable deriva a la que las administraciones parecen no poner freno. Humedades, derrumbes y escombros se han adueñado de algunos de los monumentos más representativos de la riqueza patrimonial de la comunidad.

En la comarca del Alto Palancia, lo más notable es que la reconstrucción de la Cartuja de Valldecrist sigue a la espera.

El aspecto ruinoso de uno de los monumentos más emblemáticos de la comarca, ubicada en el término municipal de Altura, da muestra de la difícil situación que atraviesa la inversión de capital de las entidades públicas en mantenimiento de patrimonio. 

En 2011, la directora general de patrimonio presentó dos proyectos de 970.000 euros para la reconstrucción de una de las 24 celdas con las que contaba la Cartuja de Valldecrist con el fin de realizar una recreación de cómo era, así como la colocación de la cubierta, tambor incompleto y sepulcro del muro del claustro de San Jerónimo, ubicado dentro de la Iglesia mayor del edificio. Dos proyectos que, a pesar de que ya debían estar terminados, todavía siguen a la espera de ejecución.

Y entre tanto, numerosas personas de la comarcan no hacen más que proponer ideas que, con un presupuesto no mucho mayor, pondrían en valor un edificio de tanta relevancia. Es el caso de José García, un segorbino que ha diseñado un hotel rodeado de campos productivos, usando materiales baratos y rápidos de instalar, apostando por la producción de energías renovabl, y que ha gustado a los miembros de la Asociación Cultural Cartuja de Valldecrist, que también se mueven por recuperar y promover los restos de este insigne monasterio.

Fotos: José García
Mientras, en Segorbe, el convento de San Martín y el de los franciscanos, propiedad del obispado, también muestran síntomas de amenaza a ruina.

El Camp de Morvedre también se ve afectado por los recortes, pues la basura se adueña de los chalés de la antigua Gerencia de Altos Hornos. Otros ejemplos muy significativo son algunos tramos de muralla del castillo de Sagunt y los palacios medievales de Quartell y Benifairó de les Valls, que esperan desde hace tiempo una intervención urgente. 

Mientras el Ministerio de Cultura avanza en la rehabilitación de los lienzos del castillo a un ritmo lento, el edificio señorial de Quartell lleva unos tres años con una malla de seguridad en su fachada para evitar caídas de cascotes y en el de Benifairó, la mitad del tejado se ha caído sin que los propietarios particulares de ambos tengan prevista una intervención a corto plazo.

Del legado industrial del Port de Sagunt, que es lo más reciente, el mal estado de los chalés de la antigua Gerencia de AHM constituye todo un punto negro, dentro además de la histórica ciudad-jardín. Además de sufrir pintadas y estar llenos de basura o escombros, el deterioro de las construcciones es evidente desde hace más de diez años, ninguno de los proyectados anunciados por la Generalitat en el recinto han llegado a cuajar, ni la Ciudad del Teatro, ni el Campus de las Artes Escénicas.

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