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sábado, 26 de septiembre de 2009

VUELVEN LOS CHINITOS DE... ¿LA SUERTE?. OJALÁ ASÍ SEA

Seguro que muchos de vosotr@s en algún momento habreis echado la vista atrás y recordareis muchas de las cosas de vuestro pasado, de las tendencias de la época de vuestra juventud. Modas que iban y venían, las bambas, las carpetas forradas con fotografías, los cromos de fútbol o de lo que voy a hablar en este post, los conocidos como “chinitos de la suerte”.

¿Os acordáis del anuncio de la tele? “¡¡Son los chinitos de la suerte, los auténticos chinitos de la suerte, toca madera, toca madera, toca madera ya!!”

Los chinitos de la suerte son un clásico de los amuletos para varias generaciones de españoles. Estos diminutos muñecos de madera, con forma de calabaza y que penden de un hilo de color, tuvieron en la década de los 80, para los jóvenes y niños de la época, un valor totémico-simbólico más allá del puramente artesanal. Durante aquellos años se convirtieron en las estrellas de los complementos: se llevaban como pulseras, en las gomas del pelo, en el reloj, colgando de las cremalleras, en los estuches y libretas, en el retrovisor del coche. Donde fuera, pero todo el mundo debía tener uno. Fueron un auténtico icono de la cultura de masas, un amuleto formidable, que se perdió al caer en desuso.

Los conocidos chinitos de la suerte

Había para todos los gustos: rojos, azules, rosas, dorados… Así, según el color del chino y del hilo del que pendían, este amuleto servía para uno u otro fin.

En este sentido, el rojo representa el fuego, la sangre y el amor. Con este chinito se refuerza la atracción y la adrenalina se dispara. Aporta confianza en uno mismo, coraje y una actitud optimista ante la vida. Quien lo porte será provocativo y sensual.

El verde simboliza la naturaleza y el dinero. Este chinito tiene una intensa afinidad con la naturaleza y ayuda a conectar con ella. También favorece la familiaridad con los demás, encontrando de una forma natural las palabras justas para comunicarse y hacer amistades.

El morado es la sabiduría, la elegancia y la creatividad. Este colgante ofrece control, dignidad y poder. Ayuda a mantener la posición y ofrece seguridad en uno mismo, lo que permite no tener miedo a la ambición y a los retos.

A pesar de que el amarillo representa en algunos casos mala suerte, en este talismán no es así. En los chinitos personaliza la alegría, el sol, la fiesta, el lujo y la espontaneidad. Es la memoria y las ideas claras, el poder de decisión y la capacidad de asimilar las ideas innovadoras.

Del mismo modo, el color azul reproduce el mar, el cielo, el aire, ayudando en el trabajo y los estudios. También proporciona seguridad y relajación.

El rosa personifica la dulzura, la inocencia y la ternura. Ayuda a sacar el lado más amable, más sensible y combate la soledad y los momentos de tristeza.

Por último, el celeste es el color de la salud, porque protege y da tranquilidad.

¿Y por qué todo este rollo nostálgico? Pues porque este sábado 26 de septiembre de 2009, el Diario Levante-EMV regala una bolsita con tres chinitos de la suerte, de un color diferente cada uno. Y es que aunque no tengo comisión por publicitarlo, en mi actual situación, similar a la de muchos españoles desgraciadamente, el lema elegido por el diario "Toca madera y mejora tu suerte", hace desatar la nostalgia y el deseo de despertar el deseo de mejorar la fortuna aun a costa de estos olvidados amuletos de origen chino, que consisten en una especie de calabaza seca y hueca sobre la cual los chinos escriben ciertas palabras que supuestamente atraen a la buena suerte y ahuyentan a los malos espíritus. En Europa teníamos nuestra propia versión y como el chino no era un idioma demasiado extendido en aquel momento, se optó por la utilización de colores..

El uso de los amuletos es tan antiguo como la raza humana, ya que desde sus comienzos encontró en los amuletos un punto de apoyo espiritual (y mental) para conseguir sus objetivos o para librarse de los males. No hay que confundir amuleto con talismán pues los amuletos, como los chinitos de la suerte, son de uso generalizado, incluso intercambiables y compartidos. En cambio los talismanes, efectivamente, aportan suerte o alejan el mal pero son exclusivos y únicos de una persona. Por eso los expertos en materia esotérica dicen que se deben confeccionar a propósito para la persona que los va a utilizar.

En definitiva, seamos supersticiosos o no, el caso es que por lo menos la promoción abre el baul de nuestros recuerdos de aquellos años en los que, por nuestra juventud o carencia de tantas responsabilidades, al menos parecían mejores tiempos...

¡¡¡QUE LA SUERTE OS ACOMPAÑE!!!